La Plataforma por la Defensa del Tomate, Frutas y Hortalizas de Canarias ha mostrado su malestar porque la pasada semana se distribuyeron desde Mercalaspalmas (Gran Canaria) más de cinco toneladas de tomates procedente de Agadir, Marruecos, lo que advierten que supone un «grave daño a la producción local».
En un comunicado, la plataforma denuncia este hecho como una competencia «despreciable por quienes consienten que esto se produzca», pues se «menosprecia» a los miles de trabajadores canarios del sector del tomate que están en una situación límite por los incumplimientos de las administraciones.
La plataforma recuerda que desde hace una década los productores canarios de tomate denuncian el daño que ha sufrido el sector por los acuerdos comerciales entre la Unión Europea y Marruecos, sin que se realizara un estudio de impacto sobre el efecto en las producciones comunitarias.
Pese al resultado «infructuoso y a que la batalla se libra en los mercados europeos», ahora los productores canarios se encuentran con que el tomate de Marruecos ya se comercializa en los mercados de Canarias.
Según la plataforma, los tomates que se distribuyeron a través de Mercalaspalmas se introdujeron bajo la marca «Suncrops» proveniente de la región de Agadir, al sur de Marruecos, prácticamente todos fueron despachados y en las principales superficies y cadenas alimentarias no han observado el etiquetado de origen marroquí.
Los productores canarios denuncian este hecho como una «competencia despreciable por quienes consienten que esto se produzca, menospreciando a los miles de trabajadores canarios del sector del tomate que se encuentran en una situación límite por los incumplimientos de las administraciones».
A juicio de la plataforma, este «lamentable suceso viene a corroborar la indiferencia y el menosprecio por el sector», que aún no ha recibido el dinero que se le adeuda por parte de la Administración y desconoce cuándo lo recibirá.
Así mismo, añade que la indignación del sector obedece especialmente a la «imposibilidad de competir con unas producciones que no respetan las condiciones laborales y cuyos salarios no superan los ocho euros al día en jornadas extenuantes», como así ha denunciado la organización Fairfood International el pasado 9 de septiembre.
Los productores canarios manifiestan en el comunicado que las denuncias que han venido realizando no eran infundadas y se quejan de que mientras aquí se cumple la normativa vigente, se permite la entrada de tomate de países que no respetan ninguno de los principios básicos de los trabajadores, a lo que no se puede hacer frente por la diferencia «brutal» de los costes de producción.
Según la plataforma, una de las pocas posibilidades que le quedan a los productores es que los consumidores exijan que el tomate sea de origen canario. EFE