El Instituto Vasco de Investigación y Desarrollo Agrario, NEIKER-Tecnalia, ha comprobado la capacidad de la microalga Chlamydomonas acidophila de absorber el Nitrógeno Amoniacal presente en los efluente generados en la digestión de residuos orgánicos provenientes del sector agroalimentario. Esta alga puede crecer en los citados líquidos y asimilar el amonio, lo que evita que este gas se volatilice en forma de amoníaco (NH3) y contamine la atmósfera. Además, la biomasa de microalgas puede servir como materia prima para la producción de biogás o ser utilizada como alimento animal, compost o fertilizante.
El proceso de descomposición de residuos agroalimentarios en condiciones de ausencia de oxígeno produce efluentes que presentan un alto contenido de Nitrógeno Amoniacal, concretamente entre 2 y 5 gramos por litro. Este residuo se genera de forma importante en explotaciones ganaderas y plantas de biogás, entre otras instalaciones.
La microalga Chlamydomonas acidophila presenta características adecuadas para crecer y reproducirse en un medio que contenga hasta un 50% de líquido proveniente de la descomposición residuos agroalimentarios. La principal ventaja que presenta su cultivo consiste en su capacidad de desarrollarse en medios muy ácidos (pH 2-3) y en ser altamente tolerante a la presencia de metales pesados y a las elevadas cargas orgánicas.
Además de su aportación medioambiental, presenta una importante capacidad de producción de luteína, un poderoso antioxidante que ayuda a retardar el deterioro y oxidación de células y tejidos, protege al organismo del ataque de los radicales libres y que se utilizan en diversos tratamientos terapéuticos. Su óptimo consumo tiene como efecto una mejor visión, evita la progresión de las cataratas y acumula además gran cantidad de carotenoides –pigmentos orgánicos- de interés comercial para la industria alimentaria.
Además están desarrollando diferentes líneas de investigación destinadas a la identificación y posterior evaluación de cepas de microalgas de interés comercial y medioambiental. Entre ellos, la búsqueda de microalgas ricas en aceite que puedan ser utilizadas para la obtención de biodiésel.
Las microalgas comprenden un heterogéneo grupo de microorganismos, distribuidos en todos los ambientes imaginables, y que comparten la característica de ser fotosintéticos. Estos organismos cumplen un papel fundamental en la ecología global, ya que son responsables de la fijación de cerca del 50% del carbono del planeta. A través de la fotosíntesis, utilizan la energía solar para atrapar anhídrido carbónico atmosférico y convertirlo en carbono orgánico.
Por su enorme biodiversidad, las microalgas representan una de las más prometedoras fuentes de nuevos productos y aplicaciones. En la actualidad son fuente de una gran variedad de compuestos y biomoléculas con elevado valor comercial y aplicaciones tan diversas como alimentación, dietética, química fina, biomedicina, cosmética y bioenergía, lo que pone de manifiesto su potencial biotecnológico.
Fotografía: NEIKER-Tecnalia