El cocinero Alberto Gómez Letón ha saltado de los fogones de Cabanillas del Campo, su localidad natal, a asesorar a programas televisivos como «Pesadilla en la Cocina», en los que aplica los conocimientos que ha adquirido trabajando en algunos de los mejores restaurantes del España y del mundo.
Gómez Letón es uno de los asesores del cocinero Alberto Chicote en los programas «Pesadilla en la Cocina» y «Top Chef», a los que le ha llevado un profundo amor por la gastronomía que nació junto a los fogones de su madre en su pueblo de Guadalajara.
A pesar de su juventud (no llega a los 40 años), cuenta con una dilatada carrera profesional que comenzó en la Escuela de Hostelería de Guadalajara y continuó por algunos de los mejores restaurantes de España y del mundo, como La Broche, Alboroque o el reconocido El Celler Can Roca.
Alberto asegura a Efe que el mundo de la cocina le atrae desde pequeño, cuando veía a su madre cocinar Cabanillas del Campo, a pesar de que «no entendía los procesos», cómo «las alubias se metían en una cazuela y salía algo tan rico».
Pronto tuvo claro que lo que quería era estar en los mejores restaurantes y aunque era consciente de que era difícil, su perseverancia y ganas de aprender le permitieron acceder a puestos, primero de pinche y más tarde de jefe de cocina en varios restaurantes de prestigio.
El restaurador alcarreño destaca la calidad de los fogones de España, desde la cocina tradicional «de nuestras abuelas» hasta la de autor «renovada y de vanguardia» y su deseo de aprender lo llevó a moverse «de una a otra cocina».
La oportunidad de la televisión le llegó de casualidad, en un momento en el que «esperaba una oferta que no llegaba» aunque asegura que tu trabajo no difiere mucho de lo que ya venía haciendo.
«Hacemos lo mismo que haríamos sin cámaras asesorando a un restaurante que nos pida ayuda», asegura el cocinero de Cabanillas del Campo.
El popular Alberto Chicote, al que conoce desde hace años, fue quien le propuso colaborar en «Pesadilla en la Cocina», donde a pesar de ser un medio diferente al final tenían que cocinar, «porque todas las semanas teníamos que abrir un restaurante».
Al respecto, comenta a sus amigos: «aunque no damos el servicio al uso al cliente, somos los que más restaurantes estamos abriendo en España».
Alberto insiste en que la labor que se hace en «Pesadilla en la Cocina» es la labor de asesoramiento similar a la que se haría en cualquier otra circunstancia, es decir: «examinar el sitio y ver por qué no viene nadie, que es lo que llevo haciendo siete u ocho años en restaurantes normales, aunque no contamos con el mismo tiempo», precisa Gómez Letón.
En cualquier caso, está satisfecho por su labor que «busca intentar dar una solución que se traduce en una oferta gastronómica que elaboran con nosotros y les permita seguir adelante», entre otros aspectos que mejorar o pulir en cada establecimiento.
Tras su primera temporada en «Pesadilla en la Cocina» pasó a formar parte del programa «Top Chef, recuerda el asesor televisivo, que no oculta su satisfacción por que la cocina ocupe un espacio atractivo para los espectadores y sirva para acercar este sector a la sociedad.
Muchos son los restaurantes que ha visitado en esta andadura «gastrotelevisiva», entre ellos ha tenido la oportunidad de acudir a su tierra, a El Bodegón de Sancho en Guadalajara, un establecimiento que fue uno de los protagonistas de «Pesadilla en la Cocina» en temporadas pasadas.
«En esta temporada volvimos y vimos que le iba muy bien y eso es al final por lo que trabajas, por poder ayudar a la gente de los restaurantes que es el objetivo aun siendo un programa de televisión», destaca Alberto Gómez Letón.
Mirando al futuro, no descarta tener un restaurante propio, aunque «todavía no sé bien qué porque la idea de tener un restaurante va cambiando».
En cuanto al reconocimiento internacional de la cocina española, considera que «debemos valorar más la alta cocina española, no sólo la cocina popular de nuestras abuelas, que todos los cocineros valoramos».
En su opinión, todavía hay mucho desconocimiento sobre la llamada alta cocina.
Como comensal se considera «bastante agradecido», porque cree que «a alguien que ha cocinado con cariño y con esmero no se le puede criticar aunque tenga motivo». EFE (Beatriz Retuerta). Fotografía: Alberto Gómez.