La VII Feria de la miel de brezo se ha celebrado en Espinosa de los Monteros, en el norte de Burgos, con el temor de los apicultores por la proximidad del «avispón asiático» (Vespa Velutina), que se encuentra ya a unos 20 kilómetros de la zona, procedente del País Vasco.
La presidenta de la asociación de apicultores de la zona, Yolanda Martínez, ha asegurado que todavía no han visto en la comarca a ninguno de estos animales, depredadores de enjambres, aunque ha recibido testimonios de localidades del límite de Vizcaya que han empezado a detectarlos.
Esta especie de avispa, cuya reina puede medir cinco centímetros, puede escupir veneno y atravesar con su aguijón los trajes de apicultor convencionales. Además es muy agresiva con las abejas y una colonia pequeña puede terminar con una colmena de abeja europea en muy poco tiempo.
Fue detectada por primera vez en Francia en el 2005, al parecer tras llegar en un barco carguero procedente de China.
En este tiempo, ha ido avanzando hacia el sur y se ha adaptado de tal manera que, tras provocar daños importantes en Francia, ya se han localizado algunas colonias en el País Vasco y Navarra.
Yolanda Martínez ha afirmado que han pedido a la Junta de Castilla y León un plan de contención y que los apicultores están recabando información de como luchar contra los avispones, sobre todo de la asociación de apicultores de Guipúzcoa, que ya se ha tenido que enfrentar al problema.
Uno de los apicultores de la zona que colabora en la organización de la feria, Ángel Nava, ha explicado que el riesgo que supone la cercanía de los avispones asiáticos es la principal nube que se cierne sobre el sector, que este año espera una campaña «especialmente buena en cantidad y calidad».
Ha reconocido que, aunque es una miel de alta calidad, no puede competir en precio con algunos tipos de miel envasada de importación, a la que se exigen menos condiciones organolépticas y de higiene.
«Es miel (la de importación) de peor calidad y que, en muchas ocasiones, ha perdido sus cualidades positivas para la salud, pero no hay ninguna advertencia para el consumidor, que a veces opta por una compra que es claramente más barata», ha explicado.
La peculiaridad principal de la miel autóctona, que se caracteriza por su color oscuro y su fuerte aroma, es que se basa en las flores de brezo, una planta arbustiva natural cuya abundancia depende de las condiciones meteorológicas.
Esto hace que, a diferencia de otros productos en los que los años escasos mejora la calidad y los años de mucha cantidad empeora, cuando el brezo florece de forma abundante y continuada, como en esta campaña, la cantidad de miel aumenta, pero también mejora su calidad, porque las abejas pueden seleccionar las flores en las que liban el néctar.
Ángel Nava ha considerado que el sector podrá así recuperarse de la campaña pasada, que fue muy mala, porque se sumaron el mal tiempo y varias infecciones que afectaron a las colmenas.
Ni Ángel Nava ni Yolanda Martínez se atreven a realizar una estimación sobre el número de apicultores o la cantidad de miel que se puede recolectar en la zona.
Yolanda Martínez ha recordado que la explotación de las abejas es una tradición en toda la comarca y, además de apicultores profesionales, hay muchos agricultores o ganaderos que tienen la apicultura como actividad complementaria y aficionados que cuidan colmenas para obtener miel para consumo propio.
EFE