El Gobierno, las Administraciones autonómicas y las organizaciones del sector pesquero han apelado hoy a la tranquilidad sobre el consumo de anchoas, tras una semana de alarma y de caída de ventas, en reacción a un comunicado del Departamento de Salud vasco sobre el «anisakis».
La palabra «anisakis» irrumpió en plena costera de la anchoa (bocarte) del Cantábrico, cuando el Ejecutivo vasco alertó de la presencia del parásito en las capturas de la flota, a la vez que divulgaba las precauciones habituales sanitarias para evitar el parásito.
La alerta ha provocado una disminución generalizada de las ventas de anchoa y de pescado en Euskadi, según ha explicado hoy a Efeagro el presidente de la Asociación de Minoristas de Pescado de Vizcaya, José Feijóo.
Los pescaderos consideran que ha habido una «mala gestión de la información, sin motivo» por parte del Gobierno vasco y excesivo sensacionalismo en los medios, pues «no es cierto» que haya peligro de anisakis «si el pescado se trata debidamente», según Feijóo
Las precauciones recomendadas son la retirada de vísceras, cuanto antes, el congelado previo del pescado a -20 grados durante al menos 24 horas y cocinarlo a 60 grados; si se cumplen, «no habrá problemas», según Feijóo.
Desde 2006 un regulación nacional obliga a los establecimientos que sirven o venden comida a garantizar que los pescados que se comen crudos han sido congelados en dichas condiciones, como mínimo.
En Bermeo (Vizcaya), el portavoz del Gobierno vasco, Josu Erkoreka, ha animado a la población a comer anchoas cocinadas, porque su consumo es «muy recomendable», al ser un «producto natural, fresco, nutritivo» y, desde el punto de vista gastronómico, «excelente».
Erkoreka ha explicado que la anchoa cocinada no ofrece «ninguna duda, ni ningún riesgo» y si se ingieren en crudo (marinadas), sólo es preciso adoptar «medidas muy sencillas» para prevenir incidentes, como su congelación previa.
En Cantabria, la consejera de Ganadería, Pesca y Desarrollo Rural, Blanca Martínez, ha subrayado que no se han detectado cantidades anormales de anisakis en las anchoas que se están descargando en los puertos de esta región.
El secretario general de Pesca del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Carlos Domínguez, ha añadido que en Galicia no han variado los precios de la especie.
Según Domínguez, los ciudadanos son «perfectamente conscientes» de que «lo único que tienen que hacer es aplicar las medidas de precaución normales».
«La situación no es distinta. Así que el consumidor no tiene que modificar su comportamiento», según Domínguez.
En Madrid, donde no se ha notado esta alarma, la directora adjunta de la Asociación de Detallistas de Pescado (Adepesca), María Luisa Álvarez, ha explicado que dada la tradición de consumir boquerones en vinagre, es generalizada su congelación previa para evitar problemas.
El anisakis es un gusano que está en el pescado y cuyas larvas pasan al aparato digestivo humano cuando lo ingiere crudo o poco cocinado; esto significa que en las cocinas deben prestar más atención los amantes del sushi o ceviches.
En cuanto a los precios, la anchoa se está vendiendo en las pescaderías entre los 4 y 6 euros/kilo en Vizcaya y en los últimos días no han variado mucho, ya que este año son bajos de por sí por la abundancia de capturas, según Feijóo.
Para mantener las cotizaciones y evitar un cierre del caladero por agotamiento de cupo, la flota cantábrica ha acordado medidas reguladoras de la oferta, en cierta manera.
El pacto consiste en vender pescado de cerco solamente tres días a la semana (de martes a jueves) y en un control diario de las capturas y comercialización de anchoa, según el acuerdo, difundido por la Asociación de Armadores cerqueros de Galicia (Acerga). EFE (Mercedes Salas)